La silla infantil instalada a contramarcha: un salvavidas

Llevar a un niño sentado en sentido contrario a la marcha del vehículo, permitirá reducir el riesgo de lesiones en cabeza y cuello, ante imprevistos o accidentes en carretera. Por ello, disponer de una silla infantil instalada a contramarcha te asegurará la prevención de riesgos y hasta salvar su vida en situaciones más peligrosas.

¿Por qué instalar una silla infantil a contramarcha?

Es recomendado por expertos de seguridad vial llevar a los niños sentados bajo un sistema de retención homologado, ajustado a su tamaño y peso, aun por corto e insignificante que parezca el trayecto a recorrer.

Las sillas instaladas a contramarcha aumentan la seguridad de los niños. Estos dispositivos pueden reducir hasta en un 80 % el riesgo de sufrir lesiones durante un siniestro, según cifras de la Organización Mundial de la Salud.

Se recomienda utilizar un Sistema de Retención Infantil (SRI), en consonancia con el Reglamento General de Circulación, que se adapte a la talla y peso del infante, según el grupo de silla definida en la norma de homologación. En esta, se estipula que al menos hasta los 15 meses de edad el niño deberá viajar obligatoriamente a contramarcha. Sin embargo, algunos sistemas son permitidos hasta que el niño mida unos 105 cm de estatura o tenga 4 años de edad.

Recuerda que cuanto más pequeño sea el niño, es más alta la proporción de la cabeza respecto al resto del cuerpo, lo cual aumenta el riesgo de enfrentar daños en cuello, cabeza y columna vertebral, incluso a bajas velocidades. Ese riesgo es posible reducirlo con el uso de sillas infantiles instaladas a contramarcha.